Este domingo 4 de mayo, el santoral recuerda a varios santos y beatos que dejaron huella en la historia de la fe cristiana. Entre ellos, se destacan San Florián, San Gotardo de Hildesheim y la beata Ceferina Giménez Malla, figuras de gran devoción en distintas regiones del mundo.

San Florián, mártir del siglo III, es el patrono de los bomberos. Oficial del ejército romano, fue ejecutado por negarse a renunciar a su fe cristiana. Su culto es especialmente fuerte en Austria y Polonia, donde se lo invoca como protector contra incendios y catástrofes. En muchas ciudades europeas, cada 4 de mayo se rinde homenaje a los bomberos en su nombre.


Por su parte, San Gotardo de Hildesheim, abad benedictino y obispo alemán del siglo XI, es venerado por su labor pastoral y su impulso a la educación monástica. Canonizado en 1131, se lo considera un ejemplo de reforma eclesiástica y piedad intelectual en la Europa medieval.


En el ámbito hispano, se recuerda también a la beata Ceferina Giménez Malla, gitana española martirizada durante la Guerra Civil. Fue beatificada en 1997 y es la primera persona del pueblo gitano elevada a los altares. Su historia de fe y compromiso social la convirtió en símbolo de integración y lucha contra la discriminación.


El santoral del 4 de mayo ofrece así una oportunidad para reflexionar sobre el legado de estas figuras, cuyas vidas trascendieron su tiempo para convertirse en referentes espirituales y culturales.